Vadim Borisov

terapeuta corporal, doctor en pediatría

Llevo más de 30 años ayudando a la gente a ser más tranquila, más feliz y a sentirse mejor , a través del trabajo corporal.


Ahora mi segunda mujer, Lera -también conocida como mi compañera en la vida y en los negocios- y yo viajamos, creamos proyectos por todo el mundo y reunimos a nuestro alrededor a gente con la que nos sentimos cómodos.

Un profesional dedicado
  • 1,000,000+
    seguidores en las redes sociales
  • 500+
    sesiones personales anuales
  • 70+
    cursos y retiros en todo el mundo
Los primeros años: un viaje que comenzó con viento y agua
Vadim Borisov (nacido en 1979) creció desde muy joven en un entorno especial, en el club náutico fundado por su padre. Este espacio de libertad, disciplina y trabajo en equipo forjó en él importantes cualidades: responsabilidad, liderazgo y apoyo interior.

Desde muy joven observó cómo una idea en la que se cree puede unir a la gente. Su padre le confió tareas serias, y ya a los 18 años Vadim se convirtió en director de un club náutico, donde no se limitó a gestionar, sino que creó sus propios programas de formación y prácticas.

Fue durante este periodo cuando comenzaron sus primeros pasos hacia el trabajo corporal y energético. Sintió intuitivamente cómo a través de acciones sencillas y un estado especial podía ayudar a los demás: a eliminar el miedo, a despertar la fuerza, a recuperar el contacto consigo mismo. Llevó a cabo prácticas meditativas, ejercicios corporales e incluso caminatas simbólicas sobre brasas, sin llamarlo de ninguna manera - simplemente haciendo lo que funcionaba.

La experiencia de trabajar con adolescentes, la organización de procesos educativos y el deseo natural de compartir se convirtieron en la base de su camino posterior. Ya entonces quedó claro: sabe cómo crear un espacio en el que la gente pueda abrirse, tener más confianza en sí misma y ser más libre.
Educación, carrera profesional y el camino de un empresario
Tras unos inicios activos en la adolescencia, Vadim se matriculó en el Instituto de Turismo y luego continuó sus estudios en una universidad pedagógica. Más tarde defendió su tesis doctoral en pedagogía y enseñó durante más de 20 años, formando a estudiantes y ayudándoles a descubrir sus puntos fuertes. Su formación le proporcionó un enfoque sistemático, la capacidad de trabajar con personas y una sutil comprensión de los procesos internos.

Paralelamente a la docencia, Vadim desarrolló activamente proyectos empresariales en diversos ámbitos. Junto con su padre y su hermano mayor, supervisó un club náutico, fundó su propio colegio y, más tarde, se dedicó a la hostelería: durante más de 10 años gestionó hoteles y complejos rurales, creando no solo servicios, sino también un ambiente de cuidado y comodidad.

En 2019, lanzó la marca de ropa Aussie Wear, que rápidamente se convirtió en muy solicitada: en 2020-2021, la marca ocupó el primer puesto en el segmento de sudaderas con capucha en Wildberries y Lamoda. Lanzó producciones, dirigió equipos, negoció, abrió nuevas direcciones. Esta etapa le enseñó a actuar a gran escala, a tomar decisiones rápidas y a asumir responsabilidades.

Pero a pesar del éxito comercial, internamente este camino dejó de responder. Tras un divorcio y una salida consciente del negocio, Vadim se encontró en el punto de un reinicio completo. Esta crisis personal no fue el final, sino el principio: fue lo que condujo a Vadim al verdadero trabajo de su vida: ayudar a las personas a volver a sí mismas a través del cuerpo y la energía.
Crisis personal: cuando todo se vino abajo
La fractura más dura se produjo en 2022, tras divorciarse de su mujer, con la que habían vivido juntos más de 20 años. No fue sólo la ruptura de una relación, fue el derrumbe de todo un mundo.

Vadim siempre había vivido para su familia. Todos sus proyectos, negocios, esfuerzos... todo era por la estabilidad, el bienestar y el futuro de sus tres hijos. Juntos viajaron mucho, invernaron en Tailandia, vivieron en Turquía, pasaron un año y medio en Dubai. Estaban preparando su traslado a Australia: vendieron todo lo que tenían en Rusia, compraron una casa y un coche en el nuevo continente. Y fue entonces -en el momento de rehacer por completo su vida- cuando se produjo la ruptura.

El divorcio fue un golpe no sólo para sus sentimientos, sino también para su identidad. En primer lugar, nadie de su familia se había divorciado antes. En segundo lugar, no sólo perdió a su familia, sino también el papel al que se había aferrado con toda su alma: el de marido, padre, protector, sostén de la familia. Se quedó solo consigo mismo, sin los escenarios habituales, sin el futuro que había pasado tanto tiempo construyendo.

Vadim cedió el negocio a su ex mujer, que, junto con sus hijos, se quedó a vivir en Dubai. Él mismo regresó a Rusia después de 5 años de estar en ninguna parte: sólo tenía 700 dólares en el bolsillo. Total falta de planes para el futuro y una gran pregunta interna: "¿Quién soy ahora?".
El retorno a uno mismo y el nacimiento de un método
Tras unos inicios activos en la adolescencia, Vadim se matriculó en el Instituto de Turismo y luego continuó sus estudios en una universidad pedagógica. Más tarde defendió su tesis doctoral en pedagogía y enseñó durante más de 20 años, formando a estudiantes y ayudándoles a descubrir sus puntos fuertes. Su formación le proporcionó un enfoque sistemático, la capacidad de trabajar con personas y una sutil comprensión de los procesos internos.

Paralelamente a la docencia, Vadim desarrolló activamente proyectos empresariales en diversos ámbitos. Junto con su padre y su hermano mayor, supervisó un club náutico, fundó su propio colegio y, más tarde, se dedicó a la hostelería: durante más de 10 años gestionó hoteles y complejos rurales, creando no solo servicios, sino también un ambiente de cuidado y comodidad.

En 2019, lanzó la marca de ropa Aussie Wear, que rápidamente se convirtió en muy solicitada: en 2020-2021, la marca ocupó el primer puesto en el segmento de sudaderas con capucha en Wildberries y Lamoda. Lanzó producciones, dirigió equipos, negoció, abrió nuevas direcciones. Esta etapa le enseñó a actuar a gran escala, a tomar decisiones rápidas y a asumir responsabilidades.

Pero a pesar del éxito comercial, internamente este camino dejó de responder. Tras un divorcio y una salida consciente del negocio, Vadim se encontró en el punto de un reinicio completo. Esta crisis personal no fue el final, sino el principio: fue lo que condujo a Vadim al verdadero trabajo de su vida: ayudar a las personas a volver a sí mismas a través del cuerpo y la energía.
El presente: práctica y misión
Durante este periodo empezó a trabajar con la gente de forma gradual, primero en un pequeño círculo y luego abiertamente. Hubo sesiones individuales, los primeros minigrupos, los primeros comentarios queconfirmaban que lo que estaba haciendo funcionaba.La gente sentía alivio, inclusión, una vuelta al cuerpo, a sí mismos, a la vida.

Fue entonces cuando su segunda mujer , Lera, entró en su vida. No fue sólo un encuentro, sino la unión de dos personas que iban hacia sí mismas, cada una a través de sus propias profundidades, a través de su propia puesta a cero. Algunos lo llaman unión new age, pero el hecho es quevivimos juntos, creamos, nos ayudamos, nos complementamos. No luchamos por los papeles, sino que caminamos codo con codo, en verdadera asociación.

El método, que por aquel entonces ya había empezado a tomar forma, avanzaba literalmente a un ritmo vertiginoso. Cada sesión, cada respuesta, cada pregunta de la gente abría nuevas facetas. Siguió desarrollándose a través de la práctica, del contacto directo, del trabajo honesto con el cuerpo y la memoria.

La misión se hizo evidente: unir a las personas, ayudarlas a trabajar con los sentimientos, a soltar tensiones, a restablecer el contacto consigo mismas. A través del cuerpo, a través de la respiración, a través de la energía de la vida.

Hoy dirigimos prácticas en vivo y en línea, enseñamos, celebramos retiros y consultas individuales. En 2024 hemos viajado a más de 14 países, y estamos encantados de acudir allí donde se nos acoja. Estamos desarrollando una escuela en línea y un programa de formación para especialistas, porque queremos que el método esté al alcance de quienes realmente quieran cambiar.

El método Neurowave está oficialmente patentado en Rusia, y el propio Vadim fue nombrado mejor terapeuta corporal del año en 2024.

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